HOGAR
- Abram Sinhache
- 1 dic 2016
- 2 Min. de lectura
… Cuando salí de mi casa con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
—¡Ya llevas sol para rato!—
Es tesoro —y no se acaba:
no se me acaba —y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro que ya tanto sol me cansa.—
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.
Sol de monterrey
Alfonso Reyes.
Aquí había un ropero muy bajito, apenas para mi edad.
Aquí me escondía para hacer del baño mientras aprendía a usar pañal.
Aquí me caí y me quedé un rato inconsciente.
aquí desayunábamos pan tostado mientras veíamos “Doug”
Aquí imaginaba que pintaba los muros con agua en vez de pintura.
Aquí miraba las pelusas que se lograban ver con el sol que lograba pasar las cortinas
Aquí me daba miedo cruzar hacia allá por temor al chupacabras.
Aquí me quemé cuando se me cayó la olla con chocolate Abuelita.
Aquí mi mamá me ponía manteca en mis moretones.
Aquí mi mamá me agarraba a cintarazos cuando no hacía la tarea
Aquí mi mamá me arrullaba con golpecitos en la espalda al ritmo de Un /dos / un-dos-tres
Aquí mi mamá me quemaba con la vela mientras me curaba de espanto.
Aquí creaba escenarios e historias con mis legos, Superman, batman, robin y godzilla.
Aquí me daban dos frijoles para “limpiarlos”
Aquí veía Caballeros del Zodiaco.
Aquí Chuy rompió la mesa en mi cumpleaños.
Aquí pasaba horas jugando videojuegos.
Aquí jugaba tennis con una pelota vieja.
Aquí mi mamá me descubrió revistas de “viejas encueradas”
Aquí el sarampión me encaminó a la prepa que no quería
Aquí mi hermano colocaba su gorra y su maletita con los cheques.
Aquí confronté a mi mamá cuando me perforé la lengua.
Aquí me escondí para fumarme un cigarrillo.
Aquí me sentía en un espacio que no me pertenecía.
Aquí me despertaba el canto de los pájaros los domingos.
Aquí me levantaban para podar la buganvilia y lavar la cochera.
Aquí lavaba y tendía mi ropa.
Aquí nos reunimos cada día de las madres, cumpleaños, navidades, año nuevo.
Aquí conocí la frustración
Aquí hacía ejercicio y bailaba intensamente cuando me rompieron el corazón.
Aquí lloraba en silencio.
Aquí me acomodo en un colchón ya amoldado a mi peso, me cubro con cobertores y sábanas viejas.
Aquí empaqué mi ropa y mis libros.
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