top of page

Bomba de tiempo

  • Abram Sinhache
  • 21 mar 2016
  • 2 Min. de lectura

Desde hace tiempo estoy cargando una bomba de tiempo, ya desactivada, lo metaforo así por la carencia de encontrar una imagen que se asimile mejor mi sentir; no puedo sentirlo en su totalidad como un reloj ser un reloj debido a que este supone al paso de sus manecillas algo bondadoso y un regalo, así fui objeto por objeto, en mi bodega mental, hurgando para materializar la emoción y poder narrarla en estas líneas. La cargo y tengo presente en mí día a día, decidí desarmarla antes de que estalle y sea devastador, por absurdo que parezca, fue difícil tomar la decisión de desarmarla, más bien, fue difícil aceptar que necesitaba ayuda para desarmarla, antes lo hacía a martillazos o aventándola, ahora ocupo las herramientas adecuadas para tales fines.


Cuando siento la necesidad de desmantelarla, es decir, no es que decida un horario para hacerlo, así no funciona, no puedo tener control sobre mi sentir pero sí sobre cómo reaccionar. Mi mente dispone una habitación grande, bien iluminada, donde sólo hay un escritorio de madera, un banquito y un cesto; entro con la bomba en una mano y una caja de herramientas en la otra, me percibo cansado y fastidiado por ya terminarla, así que entro, lanzo un suspiro acompañado de una maldición que combina catarsis y resignación: “¡Chingao!” la pongo sobre la mesita, acerco el banquito, tomo asiento, abro la caja de herramientas y me dispongo a desarmarla, parte por parte, admirando sus matices, programación, protocolos, secuencias, ritos y reglas, he aprendido que es una bomba de tiempo que yo mismo creé, así que eso hace más fácil el proceso de desarmado, sólo hay que ir de adelante - pa´tras. Es mi caja, veo con cuanta astucia y cuidado coloqué cada pieza, toda una ingeniería psicológica, guardo en un cajón las piezas que quizá me puedan servir, las que no las aviento al cesto.


Por mucho que me haya resistido a desarmarla, ahora empiezo a hacerlo más a conciencia, sin obligación, mas bien convencido de hacerlo, así que lo hago con toda la tranquilidad del mundo, me fumo un cigarrillo de vez en cuando para hacer más placentero el asunto, después de tanta resistencia; ya no hay dolor o furia, bueno, sólo un poco de coraje por tener que invertir tiempo en desarmar esto, cuando bien pudiera aprovecharlo en otras cosas, sin embargo de qué me serviría hacer otras cosas cargando esta bomba. Es una indiferencia, ya no hay urgencia ni desesperación en desarmarla, sino un deber hacía mí, que estoy haciendo poco a poco, hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el sol, sacando el provecho de esa experiencia, pensándolo dos veces en armar otra bomba de tiempo.


 
 
 

Comments


Recientes
Archivo
Search By Tags
bottom of page