Obedezca las Señales
- Abram Sinhache
- 5 ene 2016
- 2 Min. de lectura
El sentimiento por lo fantástico se encuentra en los detalles que facilitan o empeoran los proyectos a emprender: La señorita que te ayuda “de buena fe” para realizar el trámite de cambio de placas. Los veinte pesos que encuentras en el bolsillo del pantalón que no usas hace semanas y sirven para comprar agua mientras esperas que el ministerio público revise el carro para liberar las placas. El joven formado para renovar el pasaporte, que por revisar bien su documentación, prefiere ceder su turno a entorpecer la fila… entonces ese sentir viene acompañado por una actitud de agradecimiento, con todo, con todos, y se cree, son señales que valoran el rumbo del proyecto que se está emprendiendo. Si esa emoción se encuentra en el transcurso del proceso, significa entonces que se están haciendo bien las cosas, yendo a un terreno más profundo: se están cumpliendo las intenciones del universo. Son una suerte de revelaciones interconectadas que hacen llegar a la misma conclusión: todo es para bien.
Esos presentimientos para valorar el proyecto son fáciles de identificar, además de ser un secreto, no por que obedezcan una cuestión de confidencialidad, sino porque son un misterio, su relación es únicamente con la historia del espectador, por eso su vínculo es asombroso.
Claro está que se debe tener la imaginación y las ideas sumamente despiertas para conectar todos los sucesos, relacionarlos y llegar a una conclusión más que terrenal, o por lo menos una conclusión que dé para escribir una cuartilla de texto (como ésta, por ejemplo), algo así como el anuncio de una marisquería del puerto de Mazatlán, donde se observa un camarón cruzando la frontera, no se sabe por qué, pero se siente una plenitud al contemplarlo, al igual que mirar un lienzo de arte sacro, o una pequeñísima parte del Aleph, da génesis a miles de ideas, todas conexas. Se relaciona con aquel viejo que se le dio aventón en Chihuahua que charlaba una historia bastante parecida a aquel hombre que describía a su familia en Ensenada, y esa historia recuerda a la del fulano en Tijuana y su agradecimiento por recibir una pizza tras varios días en ayuno; pero ahora, con bastantes días y kilómetros transcurridos, se topa ese anuncio en Mazatlán, en ese instante viene la plenitud seguida de la epifanía explicando la correspondencia de no obtener el pasaporte, renunciando a la oportunidad de cruzar los extremos de la frontera por el lado norte, dando la oportunidad de enlazar con esas personas y se entiende que todo está metódicamente conectado, más allá del tiempo, lugar y circunstancia, se concibe que existe algo que une estos tres elementos tan personales con los del mundo.
Cuando finalizan las hipótesis se pasa al siguiente letrero “obedezca las señales”, surge de nuevo el sentimiento por lo fantástico, tiempo, lugar y circunstancia interconectado, se decide ponerle nombre a ese sentimiento. Decides llamarlo Poesía.

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